Hervé Le Tellier convierte a los personajes de La anomalía en espectadores de su existencia. Todo sucede en el transcurso de un vuelo, en el que el tiempo se detiene tras una tormenta descomunal, mientras sigue pasando para el resto de la humanidad.
Una experiencia similar a la que viviría un astronauta que hubiera viajado a millones de años luz en el espacio y regresara a la tierra. Sus coetáneos habrían envejecido, la vida habría continuado y para el astronauta apenas habrían transcurrido unas semanas o unos meses.
Similar hasta cierto punto, porque estos personajes sufren una suerte de desdoblamiento que provoca que su vida haya seguido transcurriendo, de forma que una parte de sí mismos ha seguido tomando decisiones sin que la otra parte lo supiera.
Qué clase de mundo habitamos
Se trata de una experiencia traumática y de ella solo salen indemnes los inconscientes, aquellos que no tienen percepción del paso del tiempo ni ideas preconcebidas. Es decir, los niños muy pequeños. La forma en que cada personaje aborda esta situación hace que el lector se plantee muchos interrogantes sobre el mundo que habitamos, pues desdibuja las fronteras establecidas entre lo real y lo percibido.
Inicialmente todos intentan hallar una explicación racional a lo que no pueden entender. Científicos y filósofos se apresuran a dar variadas interpretaciones a un fenómeno para el que ni la ciencia ni la filosofía pueden formular más que meras hipótesis
Ante la falta de respuestas racionales, enseguida surgen las interpretaciones apocalípticas y las teorías de la conspiración a las que somos tan dados los seres humanos.
Ciencia ficción y novela negra
Esta novela fue una de las que recomendaron en el ciclo Nuevas voces, grandes enigmas de novela negra francesa que se ha celebrado este curso en la Biblioteca Eugenio Trías del Retiro, en colaboración con la Librería Cervantes y Compañía, Los Festivales de Getafe Negro, BCN Negra, la Universidad Autónoma de Madrid y la Embajada de Francia.
Las sesiones, conducidas con gran acierto por Marina Sanmartín, acogieron espacios como la distopía y la ciencia ficción, que hasta ahora no se contemplaban dentro de este género literario.
Reconozco que hay aspectos en La anomalía que nos acercan a esa frontera que a veces puede haber entre ciencia ficción y novela negra. Si bien es cierto que las clasificaciones responden generalmente más a decisiones editoriales o necesidades del mercado, que a los distintos campos que puede abarcar cada aventura literaria.
Sin duda, La anomalía es una novela que nos remueve por dentro, nos inquieta y suscita muchas dudas. Qué más se puede pedir.