La poesía es celebración y alma derramada. Con esta declaración en la dedicatoria comienza Fermín Moreno su nuevo poemario Selfies: cicatrices.
La poesía de Fermín Moreno eclosiona como un volcán que, aunque creamos extinto, está plenamente vivo, porque bajo su apariencia de hombre tranquilo en Moreno bulle una intensa vida interior.
Su selfie -la forma que ha encontrado el poeta para llegar «a mi silencio,/a mi vientre vacío,/ a mi carcasa»- refleja el alma de un hombre que «solo se embriaga con las caricias de su amada» y, a veces, cansado de sí mismo confiesa que finge poemas por las noches y termina refugiándose en un libro. Como a tantos de nosotros, la lectura lo transforma y le ayuda ser otro.
La sobria profundidad del alma manchega
Los poemas de amor de Fermín Moreno están poblados por la sobria profundidad de su alma manchega y expresan la hermosa conjunción de vida que ilumina a sus protagonistas. Un hombre enamorado, convertido en la «sombra inextinguible» de los silencios de su amada.
Sin embargo, este no es el asunto del poemario, cargado de amor, sí, pero teñido de conciencia de sí mismo envuelta en ironía. Un recurso con el que el poeta maquilla las cicatrices que descubre en cada selfie. Huellas que guardan la amargura y el cansancio de recuerdos, que como «gigantes enterrados» en la memoria le causan escalofríos.
Y a partir de ahí compone su autorretrato, que inicia con una mirada melancólica hacia el niño que fue y aun sigue alumbrando su poesía. Un niño que se hace hombre y decide no hacer nada para conocerse mejor y acelerar la cicatrización de sus heridas.
Poesía para respirar libremente
Entronca aquí el poeta con la necesidad social de disfrutar de tiempo para perder, para pensar. Un déficit producto de la vorágine incesante de actividad que padecemos. Por eso, muchos lectores, cargados de ansiedad y responsabilidades, se acercan a la poesía para lograr una suerte de meditación, un espacio donde respirar más libremente.
En el poema,titulado Notas para un autorretrato, nos dice:
Enredo./Pregunto mucho./Pierdo siempre el tiempo./Por no perderme nada,/meto la nariz en todo./Finjo poemas/por las noches./
Cuando me canso/de ser yo mismo/cojo un libro/y soy otros mismos.
Un lugar por el que a quien sienta esta necesidad Moreno invita a seguirlo, porque reconoce: «No escribo para gustar. Escribo para que gustéis».
Por eso en estos poemas hallamos sentimientos imbricados con la belleza de un rico vocabulario, en el que se rescatan verbos olvidados, mientras el poeta teje sus versos con la misma gracilidad con que contempla la naturaleza. «¿Quién no querría por un instante/ convertirse en un flamenco».
Salto literario
El poemario se cierra con un giro sorprendente con el que Fermín Moreno deja un legado, que el lector debe degustar despacio para descubrir el dolor que ocultan nuestras vanidades. «El lenguaje se ha convertido en un torniquete/de equipo de supervivencia»
Selfis:cicatrices representa un gran salto en la producción de Luis Fermín Moreno. Sus poemas se han vuelto más íntimos y menos descriptivos que los de su anterior obra, En ángulo muerto, en la ya se intuía la búsqueda que ahora culmina este poeta, de quien esperamos nos siga deleitando con nuevas obras.