En este reinicio de curso no voy a hablar de los libros que leído, ya habrá tiempo para ello. Quiero hacerme eco del artículo que públicó ayer en El País Sol Gallego-Díaz, Persecución de mujeres en Afganistán ¿A qué esperamos? Dedicadle unos minutos, si no lo habéis leído porque nos recuerda la terrible situación de las mujeres afganas, un problema al que hemos dado la espalda porque no es fácil de resolver y ante lo ingente de una tarea que a nivel individual nos parece inabarcable nos damos por vencidos.
Pero igual que esta llamada ha resonado en mi conciencia estoy segura de que puede hacerlo en la de otras muchas personas. Se trata de un gesto, pequeño pero importante, que puede ayudar, aunque no revierta definitivamente la privación de derechos que sufren las afganas: escribir una carta dirigida a la que con toda probabilidad será la próxima responsable de política exterior, Kaja Kallas, de la UE (en el enlace y en el artículo citado se facilita la dirección donde enviarla) solicitando que pida «al Tribunal Penal Internacional que se considere un crimen contra la Humanidad el trato a las mujeres afganas».
En cualquier caso, el eco de nuestras voces alentará la esperanza y sacudirá la apatía que tanto nos inmoviliza.