Esta no es una pregunta inocua. Las razones por las que leemos son muchas y tan importantes como los motivos que tenemos los autores para escribir. Cualquier autora es antes lectora y en mi caso busco en la literatura conocer el mundo y los seres que lo habitan. Busco preguntas que me induzcan a encontrar respuestas.
Hago este planteamiento porque hace tiempo que tengo la sensación de que nos estamos olvidando de esta faceta de la lectura. Recuerdo que cuando publiqué El pescador de globos me preguntaron en una entrevista si tenía moraleja porque se trataba de un libro para niños.
Me quedé perpleja ante la idea, en un tiempo bastante extendida, de que la literatura infantil debía contener enseñanzas. Afortunadamente este concepto parece superado, cuando se considera que aprendemos más con preguntas que con respuestas dadas, que nos convierten en objetos en vez de en sujetos de la lectura.
Como autora no me siento con derecho a imponer un criterio a mis lectores, les cuento historias que escribo con el mismo cuidado que pongo en mis libros dirigidos al público adulto. No intento dar lecciones, observo la realidad, la reinvento, la imagino, le doy forma con las palabras, el vocabulario, la construcción de las frases. Ese es mi trabajo.
El de mis lectores, que a pesar de sus pocos años dan muestras de una gran sensibilidad e inteligencia, es sacar sus propias conclusiones; preguntarse por qué cuento esa historia y por qué se comportan de un modo determinado mis personajes.
El lector, con independencia de su edad, participa en la novela cuando la hace suya; la moldea conforme a su propia experiencia, y descubre enfoques que la autora ni había sospechado.
Por eso uno de los momentos más gratificantes del proceso de escribir, después del hecho en sí mismo, es el de intercambiar opiniones con las personas que leen mis libros.
Por ello os espero para pasar una tarde, que auguro muy agradable, y hablar de El secreto de Caaveiro este próximo viernes, 28 de noviembre, a las 18 horas, en la sala Taller de ideas de la Biblioteca Pública Eugenio Trías-Casa de Fieras, ubicada en el parque de El Retiro.
