La nostalgia de la mujer anfibio de Cristina Sánchez-Andrade es un genuino ejemplo de realismo mágico gallego, cuya lectura me transportó a la Galicia mariñeira de mi infancia. A un mundo en el que, ante mi sorprendida mirada, se mezclaban lo extraordinario con lo cotidiano, aunque entonces fuera incapaz de discernir el sufrimiento y las miserias que ocultaba ese mundo mágico para mí.
Sánchez-Andrade nos traslada en su última novela a la España profunda y olvidada de la isla atlántica de Sálvora, situada en la bocana de la ría de Arousa. El mar, la intemperie, el aislamiento, igual que el coro de vecinos de la aldea, son elementos de la narración que conectan la realidad con fenómenos que escapan a cualquier explicación racional y entroncan con un realismo mágico de gran arraigo en Galicia.
Una corriente artística que no es exclusiva ni de América latina ni de la literatura, como podemos leer en el interesante artículo Lo que el viento trajo: el realismo mágico en Galicia, que Ekaterina Volkova (2018) publicó en Madrygal, revista de estudios gallegos. Álvaro Cunqueiro, Gonzalo Torrente Ballester o Manuel Rivas nos brindan buenos ejemplos de esta corriente artística en el ámbito literario.
Incomunicación
En La nostalgia de la mujer anfibio la ausencia de palabras y la falta de afecto son un orballo que cala la existencia de dos seres condenados a ser profundamente infelices por un suceso que marcó sus vidas.
Para la mujer anfibio, primera de las tres generaciones de mujeres que protagonizan esta historia, el naufragio que se produjo en las costas de Sálvora en 1921, fue un aldabonazo. Le hizo tomar conciencia de que podía soñar con un destino mejor al que le venía impuesto.
Sin embargo, somos los lectores quienes a lo largo de la narración tenemos que descubrir si la magia de lo inesperado puede cambiar el curso de los acontecimientos que jalonan la existencia de esta mujer, de su hija y de su nieta.
Llegaremos con ellas hasta las primeras elecciones democráticas y con ello Sánchez-Adrade muestra los cambios generados en ese tiempo y la profunda brecha existente entre las ciudades y la aldea encerrada en sí misma que pueblan los personajes de esta novela.
Un acertado estilo literario
La fusión entre la historia que se cuenta y cómo se cuenta es uno de los máximos logros de esta novela profundamente gallega, como trasluce su acertado estilo, que empapa el pensamiento y la expresión de los personajes. Durante la lectura hubo momentos en los que tuve la impresión de reconocer personas y situaciones vividas.
A pesar de las connotaciones tan locales, La nostalgia de la mujer anfibio recrea atmósferas tan asfixiantes como las de los dramas rurales lorquianos o la frustración y la violencia de los personajes de la película El crimen de los galindos (1987), dirigida por Víctor Barrera en 1987.
Pero el gran acierto de Cristina Sánchez-Andrade en La nostalgia de la mujer anfibio es mostrarnos este drama de mujeres y su evolución a lo largo de más de cincuenta años, a través de dos desacompasadas y terribles historias de amor.