Mi historia y la de todos

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Trascender la propia biografía es lo que diferencia a quienes construyen una obra literaria de quienes escriben para ahorrar sesiones de psicólogo. Oceanía de Gerardo Vera es una buena muestra de lo primero al hacer de su historia la de todos.

 

Carlos Hipólito es el actor que da vida a este proyecto del finado Gerardo Vera y de José Luis Collado, que dirige José Luis Arellano García en las @NavesdelEspanol. Mantener la tensión dramática y el interés del público durante hora y media es algo que solo pueden hacer grandes actores, cuando disponen de un buen texto.

 

Recuerdo a José Sacristán en Señora de rojo sobre fondo gris, a Lola Herrera, con otra memorable obra de Miguel Delibes, Cinco horas con Mario, y, la inolvidable recreación que hace Blanca Portillo @bpmdv del discurso de entrada en la Real Academia del dramaturgo Juan Mayorga. Si tenéis ocasión de ver Silencio, actualmente de gira por los escenarios españoles después de haber pasado por Madrid, no os la perdáis, la conjunción Portillo-Mayorga es memorable, un lujo.

 

Se puede teatralizar cualquier tema siempre que detrás haya un buen texto realzado por una buena interpretación. Los cuatro ejemplos citados son una brillante muestra de ello.

 

Testamento artístico

 

Oceanía ha sido la última en sumarse a esa estela de textos y actuaciones magistrales. La producción de esta obra es del propio Vera y de José Luis Collado que, con la dirección de José Luis Arellano, saca adelante un proyecto teatral que afortunadamente no detuvo el fallecimiento de Gerardo Vera en 2020.

 

Collado destaca que esta obra es el testamento artístico y vital de Gerardo Vera que, antes de ser vencido por el coronavirus, le hizo prometer que lo sacaría adelante.

 

Carlos Hipólito, convertido en alter ego de Vera, trasciende la biografía al mostrar sobre el escenario un tema universal: la reconciliación. A través del hijo que al llegar a la madurez empieza a comprender a su padre y del progenitor, que se arrepiente de los errores con que lastró a su familia, Vera reproduce de una forma muy sutil en sus recuerdos el reencuentro entre españoles después de una guerra fratricida.

 

Reconciliación

 

En su historia, desde su infancia en los años cincuenta del pasado siglo, vemos reflejada nuestra propia historia y la evolución de nuestra sociedad. Un texto que ayuda a las nuevas generaciones a comprender de dónde venimos.

 

El figurinista, escenógrafo y director Gerardo Vera nos devuelve la memoria de un tiempo que de unos años a esta parte ha empezado a ser denostado por algunos sectores. Quizás porque es más fácil limitarse a criticar que mejorar lo que se tiene o construir algo nuevo que supere lo anterior.

 

De la misma manera que no es fácil para el hijo perdonar la incomprensión del padre ni el daño que ha causado a su madre. El reencuentro sólo se produce cuando el hijo se da cuenta de que el personaje que representaba su padre ya no es nadie, más bien un pobre diablo sinceramente arrepentido del mal causado a los suyos. Un hombre cuya figura se engrandece cuando se despoja de su careta y muestra su lado humano.

 

La voz llena de matices de Carlos Hipólito resalta por encima de cualquier otro recurso teatral y da vida a los distintos personajes que conformaron la biografía de un hombre enamorado del teatro. Un amor que se plasma en la belleza del legado que nos deja.

 

Hasta el 5 de abril

 

En las dos próximas semanas me va a ser imposible acudir a nuestra cita semanal, así que me despido hasta el martes 5 de abril, fecha en la que volveré a abrir las puertas de este blog.

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