Edipo, en busca de la verdad

Edipo es un ser humano que sufre las consecuencias de buscar la verdad; según la versión de la tragedia de Sófocles que ofrece @pacobezerra en Edipo. A través de las llamas, de Paco Bezerra, que se representa en el Teatro Español.

 

Bezerra nos muestra un Edipo con voluntad de plantar cara al destino creyendo que así uno puede huir de sí mismo, no se somete al ineludible dictado de los dioses.

 

Este Edipo del siglo XXI es un hombre con voluntad que intenta cambiar el rumbo marcado por el destino olvidando que ese destino lo marcan nuestros actos, nuestras decisiones de las que no podemos escapar.

 

Preguntas que cuesta responder

 

Edipo enfrentó a los atenienses del siglo V a.C. a cuestiones que también se nos plantean a las personas del siglo XXI. Paco Bezerra y Luis Luque, el director de la obra, lo expresan claramente al preguntar:

 

“¿Quién es el valiente que, hoy en día, se atrevería a seguir apostando por la verdad, a pesar de saber que esa verdad le puede acabar perjudicando?”

 

“¿Quién es el valiente que, hoy en día, se atrevería a luchar por el bien de una comunidad, a pesar de saber que sus privilegios podrían verse mermados?”

 

“¿Quién es el valiente que, hoy en día, se atrevería a preguntarse, cada vez que se levanta: ¿Quién soy y qué he venido a hacer a este mundo?”

 

Estas preguntas nos acercan a una realidad que, a pesar de los siglos transcurridos desde que Sófocles escribió esta tragedia, no ha variado tanto.

 

Historias que sobreviven a los siglos

 

El teatro, siempre tan cercano a la realidad y a las vicisitudes cotidianas, nos acercó en la temporada anterior a Antígona, la tercera parte de la trilogía tebana de Sófocles, y ahora nos trae Edipo. Ambas se habían preparado en coproducción con el Festival de Mérida.

 

En tiempos de perturbación hay necesidad de revisitar a los clásicos, renovados, por textos que extraen su esencia sin desmerecerlos, que se acercan con respeto a tragedias, que nos hablan desde el corazón de los seres humanos, que no ha cambiado aun con el paso de los siglos. Sólo varía el foco que ilumina la historia que nos cuentan, los lugares del texto antiguo donde se pone el acento sin cambiar un ápice la tragedia, más que para acercarla al público de nuestros días.

 

Espero que al Teatro Español asistan tantos jóvenes como fueron a las Naves del Matadero en la pasada temporada con Antígona. David @gaitan511, director de esa producción expresaba su , “curiosidad primitiva por las historias que han sobrevivido tantos siglos. Me emociona mucho la idea de sacudirles el polvo de lo academicista y verificar su poder en escena”, decía.

 

La belleza como instrumento de reivindicación

 

En el programa de mano Bezerra y Luque ya nos advierten de su pasión por la estética, que ambos consideran una herramienta de reivindicación y protesta.

 

Desde luego lo consiguen con esta producción de Edipo, en que coreografía escenografía y vestuario dicen tanto como lo que se escucha de boca del coro y los protagonistas. En esta producción hay un magnífico trabajo de expresión corporal, ese elemento primigenio de comunicación en el teatro.

 

Un buen ejemplo es la esfinge, interpretada por Julia Rubio, formada con su propio cuerpo y con los de sus compañeros. Un gran acierto que, a ojos del espectador, semeja una escultura que cobra vida para desafiar a Edipo con sus tres enigmas.

 

De igual forma, el coro, provisto de máscaras, impone su fuerza y su presencia con el concurso de muy pocos actores y la ayuda de una escenografía y un vestuario que dan una visión compacta ajena a distracciones.

 

Hay tanta belleza en la aparente simplicidad del vestuario y la escenografía que consiguen formar un todo con la coreografía y el trabajo de los actores. Logra superar el difícil reto de destacar sin distraer del texto.

 

En conjunto, este Edipo a través de las llamas es un goce para la mente y para los sentidos que, al caer el telón –es una forma de hablar pues no sucede tal, sino que se hace la oscuridad sobre la escena– arranca merecidos aplausos.

 

Todo el elenco participa de esta emoción con la compensación bien merecida que recibe del público y el propio Alejo Sauras –realiza una espléndida interpretación– no pudo contener las lágrimas el día del estreno en el Español.

 

Si estáis en Madrid o planeáis acercaros, Edipo estará en cartel en el Teatro Español de Madrid hasta el próximo 31 de octubre. No os lo perdáis.

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